Bernardo el de los Lobitos – Si la sangre de mis venas (Fandanguillos)
Si la sangre que yo tengo en mis venas
la necesitaras tú,
el corazón me exprimiera
pa yo darte mi salud;
aunque yo luego me muriera.
Manuel Vallejo – El huerfanito (Bulerías)
Yo no tengo ni pare ni mare que sufra mis penas;
huérfano soy.
Sólo llevo tristeza y martirio dentro de mi alma;
y el cruel el dolor
de no hallar una mujer, una mujer buena
que me llene el vacío tan grande
que ellos me dejaron;
con cruel dolor.
Yo no tengo pare, yo no tengo mare,
yo no tengo a nadie que me quiera a mí.
Rafael Romero – En un verde prado (Alboreá de Jaén)
Jesucristo te llama
desde su huerto,
coronaíto de espinas
y el pelo suelto.
Pepe Córdoba – Virgencita africana (Milonga)
Ay Virgencita africana,
morenita y chiquita rosa galana...
A mi mare de mi alma
que me enseñó a venerarte,
cuídamela, Virgencita,
y no me la desampares...
Sebastián el Pena – Porque andando me desmayo (Malagueña)
A las paredes me arrimo,
porque andando me desmayo;
yo me encuentro desvalío
sirviendo de mal vasallo;
y tú la culpa has tenío.
Niño Gloria – Ciego de tanto llorar (Fandangos)
Yo me voy a quedar ciego,
ciego de tanto llorar;
mujer de malas entrañas,
si no me quieres pagar,
¿por qué no me desengañas?.
Antonio Rengel – No hago más que llorar (Fandanguillos)
Yo no puedo vivir sin verte,
yo no hago más que llorar;
tengo una pena tan fuerte
que me obliga a preguntar
si un querer causa la muerte.
Manolo Caracol – Permítalo Dios (Soleares)
Permítalo Dios que si vienes
con intencion de dejarme,
en la mitad del camino
se abra la tierra y te trague.
Angelillo – Pa eso no sirve el dinero (Fandangos)
Si dinero no te doy
no te debes enfadar,
pues el querer verdadero
no se debe de comprar;
pa eso no sirve el dinero.
José Cepero – Causa de mi perdición (Fandangos)
El haberte yo querido
fue causa de mi perdición;
ojalá me hubiera muerto
antes de hacer la intención
de rozarme con tu cuerpo.
Pepe Marchena – Fandangos a la guitarra (Fandangos)
No llores guiatarra mía,
no llores guitarra mía
porque me veas llorar;
tú eres mi única alegría
y cuando me pongo a tocar
tó las penas a mí se me olvían.
Niño de la Rosa Fina – No encontré a la que quería (Fandangos)
Entré en un jardín por flores,
y no encontré la que yo quería;
la que a mí me gustaba
la quitaron aquel día
y en la rama ya no estaba.
Niña de los Peines – Entre sábanas de Holanda (Bambera)
Entre sábanas de Holanda
y colcha de carmesí,
está mi amante durmiendo;
que parece un serafín.
Tomás Pavón – En el barrio de Triana (Martinete y debla)
En el barrio de Triana
ya no hay pluma ni tintero
para escribirle yo a mi mare,
que hace tres años que no la veo.
Antonio Mairena – A la vela, la vela (Bulerías)
Me da pares y nones
el barquito del querer;
porque se lleva las penas
pero las vuelve a traer.
Pepe Marchena – Canto a Sevilla (Romance)
¿Qué has hecho con mi amor?
aunque me alfombres la tierra
de las flores más bonitas;
aunque ampares mi espalda
con un manto de luz,
y la esmeralda por siempre me rodee,
si al fin me quitas el amor más dulce
y amado de los hombres,
me tendré que morir;
dí, Padre Río,
¿Dónde fuiste a ocultar el amor mío?