Una flor que yo corté,
que llaman pensamiento,
me recordó los tormentos
que me causó una mujer.
Pero a Cuba me marché;
para probar mi fortuna
sin esperanza ninguna,
y una cubana encontré,
y al brindarle mi querer
me quiso como ninguna.
No puedo decir en este momento con exactitud de qué año es esta grabación, pero debe ser al principio de los años 30. A la guitarra debe estar Manolo de Badajoz.
Francisco Montoya, como se llamaba el Niño de la Huerta, fue un cantaor de Lora del Río (Sevilla), se le conoce mucho por sus fandangos y vidalitas.
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para fines de afiliación y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Ver
No puedo decir en este momento con exactitud de qué año es esta grabación, pero debe ser al principio de los años 30. A la guitarra debe estar Manolo de Badajoz.
Francisco Montoya, como se llamaba el Niño de la Huerta, fue un cantaor de Lora del Río (Sevilla), se le conoce mucho por sus fandangos y vidalitas.