Juan Varea – El jazmín de tu ventana (Tientos)
El jazmín de tu ventana,
se secó y no prevalece;
son lágrimas que cayeron
de mis ojitos por verte.
José Cepero – Que no había mujer buena (Fandangos)
Que no había mujer buena
iba diciendo ayer tarde;
volví mi cara patrás
y me encontré con mi madre;
de pena me eché a llorar.
Sebastián el Pena – Como mi perra en el campo (Alegrías)
Como mi perra en el campo,
que pega fuertes ladridos,
si tú te vas de mis carnes
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Niño de Fregenal – De dónde nace el cariño (Fandangos)
A un sabio le pregunté
de dónde nace el cariño;
y me dijo no lo sé,
desde que yo era muy niño
quiero sin saber por qué.
José Cepero – Ni los rayos de la luna (Granaína)
Ni el sol con sus resplandores,
ni lo los rayos de la luna,
ni un campo lleno de flores,
ni la más grande fortuna,
la cambio por tus amores.
Corruco de Algeciras – Tener tranquilo el sentido (Fandangos)
Ni durmiendo puedo yo
tener tranquilo el sentío;
qué me habrá hecho esta mujer,
que ni durmiendo la olvío;
estoy loco por su querer.
Juanito Mojama – En la iglesia de Sevilla (Bulerías)
En la iglesia mayor de Sevilla
hay una bandera que allí puesta está;
el que quiera sentar plaza en ella,
Jesús Nazareno va de capitán.
El Carbonerillo – Que quien te quiere soy yo (Fandangos)
No me quieres tú a mí;
que quien te quiere soy yo,
tú quieres a quien no te quiere,
válgame el amor de Dios,
qué desgraciaíta eres.
Niño de la Isla – Como el camino era tan largo (Farruca)
Como el camino era tan largo,
pidió el niño de beber;
dámelo, ciego, y dame una naranja,
para entretener a Manuel.
Paco Isidro – Olas de la mar (Fandangos)
Conchas llenas de lunares,
olas de la mar en calma;
si tú admites mis amores
yo te entregaré mi alma,
María de los Dolores.
Manolo Manzanilla – Yo te imploro, Virgen mía (Fandangos)
Yo te imploro, Virgen mía,
que le hagas comprender
a esa mujer maldecía
que la he llegao a querer
como no se merecía.
Manuel Centeno – Despedida de la madre (Fandangos)
La tierra tiembla de espanto
viendo a mi mare llorar;
y yo que la quiero tanto
no la puedo consolar;
esto sí que son quebrantos.
Angelillo – Cómo reluce (Caracoles)
Tú eres bonita,
el conocimiento
la pasión no quita;
te quiero yo
más que a la mare
que me parió.
Aurelio Sellé – Porque sabes que te quiero (Fandangos)
Estás abusando de mí
porque sabes que te quiero;
no me hagas mas sufrir,
por tu mare te lo ruego;
mira que me voy a morir.
Pepe Marchena – La rosa (Milonga)
Era un jardín sonriente,
era una tranquila fuente de cristal.
Era a su borde asomada
una rosa inmaculada de un rosal.
Era un probe jardinero
que cuidaba con esmero del vergel;
y era la rosa un tesoro
de más quilates que el oro para él.
Niño de la Huerta – Contigo la comparé (Fandangos)
En el campo me encontré una rosa
y yo contigo la comparé;
mira si serás hermosa
que te comparo yo, mujer,
con la más bonita rosa.
Manuel Vallejo – Una mujer golpeaba (Fandangos por soleá)
En la puerta de un convento
una mujer golpeba;
quería meterse adentro,
que el mundo le repugnaba;
harta de pasar tormentos.
Angelillo – A mí qué me importa (Mirabrás)
Tiran bombitas
de la cabaña,
si será el rey
de la Gran Bretaña.
Paca Aguilera – La tierra que a mí me cubra (Malagueña)
La tierra que a mí me cubra
ni la mires ni la pises;
no te acuerdes más de mí,
que mi lengua te maldice;
muerta reniego de ti.
Pepe Pinto – Presente está el Gran Poder (Saeta)
Ahí tenéis presente al Gran Poder,
con la cruz sobre sus hombros;
fijarse despacio en él.
El mirarlo causa asombro
de santo y bueno que es.