Pepe Marchena

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Pepe Marchena
Pepe Marchena

Nombre artístico: Pepe Marchena
Nombre: José Tejeda Martín
Nació: 1903
Murió: 1976
Origen: Marchena (Sevilla)

Nació el 2 de noviembre 1903 en Marchena (Sevilla). Se hizo llamar Niño de Marchena en los comienzos de su carrera. Ganó su primer concurso en Fuentes de Andalucía en 1916. Debutó en Madrid, en el merendero Casa Juan, en el barrio de La Bombilla en el año 1921. Después le contratan para actuar en el Teatro La Latina y graba su primer disco. En 1926 realiza una gira por España. La primera gira que hace con el célebre Vedrines y sus óperas flamencas. Protagoniza las películas Martín Gala y la Dolores en 1940. Rueda la película Aires de Ronda (1943). Conoció en 1945 a Isabel Domínguez Cano, compañera y mujer hasta su muerte. Realiza una gira por América. En 1950 realiza otra por Marruecos, Argelia y Francia. Colabora con el programa Cabalgata Fin de Semana de la Cadena SER. En 1965 recibió el Disco de Oro por sus Memorias Antológicas del Cante Flamenco. Falleció el 4 de diciembre de 1976.

Quizá unos de los mayores encantos del flamenco es que ciertas discusiones no acaban nunca. Emergen, se debaten con vehemencia, se adormecen, entran en letargo, vuelven a comparecer, se funden en otras nuevas. Y si a José Tejada Martín, conocido para el arte como Pepe Marchena, se le puede adorar o negársele el pan y la sal, no se le puede cicatear el mérito de seguir siendo objeto predilecto de estos intercambios de pareceres.

Es el privilegio de quienes han transgredido, han ido a pie cambiado y han transformado la fisonomía de su disciplina, para bien o para mal, para suerte o ruina de la misma. Marchena no tuvo ningún reparo en modular el flamenco a su gusto; no se sintió atado por ninguna fidelidad ancestral y no creyó que ciertos moldes no se pudiesen ensanchar o romper. Se inventó, justo es decirlo, una nueva forma de cantar y una nueva forma de presentar el cante. Lo suyo consistió en suavizar las aristas más puntiagudas y hacer prevalecer lo bonito y lo vistoso por encima de lo negro y lo salvaje. Su voz acaramelada, sus falsetas, sus alardes y sus filigranas consiguieron una prédica extraordinaria, conectaron con el gusto de una época y acabaron por imponerse como la forma por antonomasia de cantar.

Se quejaban los que le tuvieron por contemporáneo de que al domesticar al público, al facilitarle las cosas por el camino del efectismo, al acostumbrarle a los cantes más plácidos y accesibles, impuso una tiranía. Quienes no seguían los pasos de Marchena estaban abocados a la incomprensión y el ostracismo. Fue el tiempo de la ópera flamenca, del fandanguillo como quintaesencia y de los discípulos que sin el talento del maestro trivializaron hasta el cansancio sus innovaciones. Parece que el talante del propio Marchena, dado a la egolatría y a los pocos miramientos con los demás, tampoco ayudó a compatibilizar los viejos modos de la tradición con los nuevos.

Luego le tocó a él sufrir el cambio de suerte. La emergencia de otro gigante, Antonio Mairena, el movimiento de restauración que auspició y un integrismo rescatado lo condenaron al cuarto oscuro de los falsarios. Suele ocurrir así, cuando se juega a todo o nada. No valía recordar que se había sacado de la chistera un palo, las colombianas, que había sido un pionero de la fusión y que su eco popular no había tenido parangón. Defender sus aportaciones era alinearse con los que habían desvirtuado y hecho daño al flamenco.

Nuestros días acaso hayan traído más temperancia a la cuestión. Pueden convivir acercamientos distintos al flamenco y distribuirse méritos desde la justa ponderación. Por eso, la reivindicación del legado de Pepe Marchena, allende de nuestro entusiasmo o desagrado hacia su figura, nos aporta más elementos de juicio y enriquece nuestro inagotable discurrir.

Sin embargo, no dejaba de tener su aquel, que el homenaje propuesto en Barcelona por la SGAE y Taller de Músics, el pasado día 26 de enero de 2004, con motivo del centenario de su nacimiento, fuese oficiado por otro gran herético: Enrique Morente. En la palestra, Morente, apoyado por el investigador José Luis Ortiz Nuevo, presentó a Marchena como a un genio maldito, como un Dalí del flamenco «poderoso, tierno, excesivo (…) también algo disparate, surreal, vehemente, sutil, creador…».

Se trató, no obstante, de una evocación poética, de una remembranza agradecida, de una glosa cómplice hacia un incomprendido, antes que de un ajuste de cuentas. Los oradores desgranaron con ternura y casi en verso algunos recuerdos, como aquel conmovedor momento en que Pepe, en su lecho de muerte, vio a su mujer entornar la celosía de la habitación y le pidió que no lo hiciera: «No mujer, no corras las cortinas, mira que me queda mucha oscuridad que ver». En el ínterin, José Manuel Cerro al cante y Juan Antonio España a la guitarra, ilustraban la sesión con ‘Aires Marcheneros’, el título que se le había dado el encuentro.

La ceremonia tuvo así perfume de reencuentro, de indulgencia plenaria de un Marchena al que según Morente y Ortiz no se supo o no se quiso o no se pudo entender: «Lo suyo era el rumbo de la alegría, el estado perpetuo de sonrisa en que se halló por siempre, desde que lo parió su madre hasta el mismo momento en que dejó de ser consciente que era vivo. Le gustaba eso. Le gustaba reír, le gustaba gozar, le gustaba vestir a su manera, le gustaba cantar. Era de esencia natural contraria a la seguiriya». Pero en la España que le tocó vivir en su edad madura muy pronto hubo poco de qué reírse: las tinieblas lo envolvieron todo y ese hombre a quien le gustaba decir las cosas sin acritud, dulcemente, con una inflexión de disimulada melancolía, se quedó sin lugar.

Si lo recuperará, si ya lo está recuperando, se hace difícil de decir. Por de pronto, la sesión de desagravio de Barcelona invita a la reflexión, invita también a cuestionarse los propios prejuicios si los teníamos. Una sana sospecha que bien puede afianzarse, o no, con la detenida escucha del disco recopilatorio ‘Pepe Marchena, la voz de los pueblos’, que la conferencia-concierto también servía para presentar en Cataluña. Fuere como fuere, merece la pena hacer pasar examen a las certidumbres de cada uno y darse ocasiones para reencontrarse con la belleza, que es más pródiga de lo que a menudo suponemos. Y negársela por completo al autor de la colombiana tiene visos de mezquindad.

13 COMENTARIOS

    • Así es José, en su particular forma de expresar sus sentimientos cantando. lo hacia con su propio estilo
      y esto es indiscutible y marcó un estilo más de tantos como existen en este nuestro querido FLAMENCO.
      Habrá a quién le guste y al que no, pero es que el libro de los gustos, esta aún en blanco. Cordialmente:
      José Cepero.-

  1. pepe marchena no fue ni buen ni mal cantaor de flamenco.
    el supera con sobresaliente este juicio.
    simplemente hago una valoracion y es la siguiente
    entre 1925 y 195o.lo que es 25 años,una generacion
    marchena es rey,emperador,catedratico,maestro,
    el representa el cante de esa epoca
    yo que soy joven siempre recordare el brio de los cuatro muleros,la fragancia fina y sutil de una rosa que nos embriago mas de cuarenta años y jamas olvidare el sonido calido y dulce de las campanas del convento de las marias.
    marchena murio de cancer en 1976, no lo mateis despues de odio y de rencor los antimarchenistas… no os lo consentimos.

    • Javier: Déspues de tu magnifico y justo comentario, solamente queda por decir : Amén. Cordialmente:
      José.-

  2. DESDE EL ARCO DE LAS ROSAS

    Se murió Pepe Marchena
    i el viento golpeó en la piedra,
    con su lengua de lija humedecida.

    Y se hizo el silencio.

    El Arco de las Rosas,
    se estremeció como una madre hweruda
    corneando la tierra con su aroma.

    Y se hizo el silencio.

    La rosa, el tulipán y la amapola,
    lloraron el rocío de la tarde,
    porque era ocaso
    y la noche se hacía página negra.
    junto l´srduo declive del f4estino
    .
    Y se hizo el silencio.

    Solo una guitarra herida
    lanzó un grito de alambre caldeado,
    sobre el renglón final de su existencia.

    Y se hizo en silencio.

    Los ruiseñores se quedaron grises.
    Las calandrias cárdenas.
    El cromático grito del faisan,
    se hizo sombra en el hueco de una rama.

    Y se hizo el silencio.

    Las murallas los campos y las tejas,
    eran como una cuna abandonada,
    y la tierra se hizo catarata
    de madre lacerada en su infortunio.
    Y todo era recuerdo,
    como una goma larga que se estira.
    y da su latigazo lacerante.

    No hace falta decir como fué un día,
    porque era distinto a lo distinto,
    sublime a lo sublime.

    No hizo arte brutal,
    tan solo melodía de rosa lastimada,
    con te,mblor de de mocita casadera,
    o suspiro de niña adolescente.

    Las rosas que hoy lo lloran desoladas,
    temblaron de esplendor en su garganta.

    Por5 eso hubo silencio.

    Por eso el cante llora,
    hecho algodón y bruma por los siglos
    en cada aniversario de su ausencia.

    Publicado en la primera época de SEVILLAS FLAMENCA por Rafael Sánchez Segura con el seudónimo de RAFAEL ALCAZABA

  3. AGRADECERIA Y MUCHO,SI ALGUN AMIGO,ME CONFIRMARSE EL TITOLO DE UNA PELICULAQUE OARTE DE ELLA FUE FILMADA EN EL RESTAURANTE LA PUNTA DEL DIAMANTE,AL LADO DE LA CATEDRAL DE ESTO HACE UNOS 52 AÑOS APROXIMADAMENTE CREO QUE EN ESE MOMENTO DENTRO SE ENCONTRABA EL NINO MARCHENA SI ALGUIEN ME LO CONSIGUERA SE LO AGRADECERIA INFINITO DOY LAS GRACIAS ANTICIPADAS UN AFECTUOSO SALUDO

  4. Nos soy marchenero,solo un aficionado al flamenco y musico,Marchena fué en su tiempo uno de los grandes cantaores, pero al mismo tiempo fue un creador de su estilo,y eso solo lo tienen los grandes artistas,que es el
    talento,como fué en el baile Carmen Amaya,Sabicas a la guitarra,por lo tanto el artista siempre que ejerce su talento estará innovando,¿no sería muy aburrido y monotono cantar siempre la misma solea o otro estilo?Mairena fué tambien un gran cantaor pero no fué creador y siempre canto
    los estilos de otras,es la diferencia de los artistas como en todas las profesiones del mundo,todos pueden ser buenos si se trabaja y se sacrifica en el oficio, pero luego estan los génios que son los que marcan la diferencia,como Chacón,Paco de Luciá y otrs muchos..un saludo

  5. En Andalucia ha habido, hay y habra tal cantidad de buenos cantaores de flamenco que si en el aire estuvieran la Costa del Sol se llamaria la costa de las sombras, y entre ellos habra uno que seria la FLOR Y NATA DE LOS CANTAORES DE FLAMENCO. El Niño de Marchena.

  6. SOY DE SEVILLA LA DIFERENCIA DE PEPE MARCHENA ESTA PORQUE NADIE LO A IMITADO ESTA CLARO QUE CANTA POR CARACOL POR ANTONIO MAIRENA ESTA A LA ORDEN DEL DIA Y NO SE RECONOCE POR PEPE MARCHENA IMPOSIBLE AY QUE NACE QUE DIOS LA DADO ALGO QUE TEMPLE QUE VOZ MAS BONITA PARA MI ES EL MAS GRANDE QUE A DADO LA HISTORIA DEL DEL FLAMENCO LLENABAS LAS PLAZAS DE TORO SERRABA SIEMPRE LOS ESPECTÁCULO PARA QUE NADIE SE FUERA LO ESPERABAN ASTA EL FINAL Y NO SE LE A ECHO JUSTICIA PORQUE ANTONIO MAIRENA LE A ECHO MUCHO DAÑO AL FLAMENCO ESTA DIVIDIDO Y DE EN CADENCIA

    • Estimado Miguel: Cierto es que Pepe Marchena, creó un estilo y si fue muy imitado. Voy a tratar de ser breve en esta anécdota. Aquí en Ceuta, donde se siente Andalucía en todas sus facetas, existen muy buenos aficionados y algunos cantan, que en algunos palos, no tienen que envidiar a nadie. Pues vivió hasta hace unos dos años, Antonio » El Niño de San Amaro » mairenista cien por cien y gran imitador del maestro, q.e.p.d.. Una vez y en una grabación hecha en 1974, al toque Antonio Picazo, flamenco pero sutil en sus toques, todos ellos muy armoniosos, y grabaron un casette, pro placer. Tuve la suerte de hacerme con uno, y he aquí que en la visita de un familiar que reside en Torrejón de Ardoz (Madrid),
      pues me pidió una copia, pues frecuentaba un bar cuyo dueño había sido bailaor con la compañía del
      Maestro, y cuando regresó a Torrejón, aquel mismo día se plantó en el citado bar y le dijo al amigo y citado dueño: » Pon esta cinta que me han dado en Ceuta, que te va a gustar. La puso y cuando
      nada más empezar a cantar, exclamó lleno de alegría y con lágrimas en los ojos, ¡ Es el maestro !. Mi
      familiar le contó, que era de un aficionado de Ceuta, de profesión bombero y cuando se jubiló fue jardinero. Personalmente lo conocí casualmente, en una playa local, y cuando lo oí de cantar, se me
      pusieron » los pelos de punta «. A mi me gustan todos los cantaores, pues cada uno tiene » un algo «, ademas que suelo decir, que abrí el libro del flamenco y me quedé en la primera página.- Un cordial saludo..- José Cepero.-

  7. creo que en su cante era muy bueno pero como completo los ha habido mucho mejores porque de todos los cantes que hay el solo hacia unos cuantos.

    • Marchena fue un artista irrepetible. Era artista en todo lo que hacía.
      Fue en su tiempo el cantaor que sacó el cante flamenco de las reuniones y lo llevó a los escenarios y fue aclamadado en todas partes. Su estilo no era el de nadie y conocía infinidad de cantes que el hacía a su manera. Los ortodoxos no lo tragaban pero el publico lo tenia en un pedestal.
      Fue un adelantado a su tiempo, llamaba la atencion por su forma de vestir, la ropa y el calzado los diseñaba él..
      Siendo analfabeto podia estar cantando horas y horas sin repetir ninguna letra ¿como las aprendía?

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