Solo vive en la montaña
el pastor con su rebaño;
y aunque es triste su compaña
su alma tiene tranquila,
ninguna mujer le engaña.
Quiero vivir en la cabaña
al pie de la serranía,
serrana, para quererte,
pero si tú a mí me engañas
me lo pagas con la muerte.
Como lobos solitarios
los dos allí viviremos;
nosotros desde la sierra
renegaremos del mundo,
maldito, que tanto encierra.