Alegría

2
14944

Las alegrías son el palo flamenco más importante perteneciente al grupo de las cantiñas, que son los cantes por excelencia propios de Cádiz y los Puertos. Es el tipo de cantiñas que desde sus inicios ha sido el más cultivado y cantado por los artistas y aficionados flamencos, y a su vez el más celebrado por el público oyente. El nombre de este estilo flamenco, procede precisamente de su significado, ya que es un cante que incita a la alegría, a la fiesta, la diversión. Podemos decir que las alegrías son el palo flamenco que mejor expresa el sentir del pueblo gaditano. Además, podemos decir que es el baile flamenco más antiguo; tanto es así, que gran parte del resto de palos flamencos se basan en la alegría para componer su coreografía.

Historia de las alegrías

En su origen, podemos observar las influencias de varios estilos, como las coplas romanceadas, los panaderos, seguiriyas, los viejos fandangos de Cádiz, las rosas (otro tipo de cantiñas) y jaleos, pero es la jota la que tiene mayor participación e importancia en la creación de las alegrías, tanto como para decir que son su base fundamenteal.

Se cree firmemente que la configuración musical de las alegrías empieza a formarse en el primer cuarto del siglo XIX; en la emigración de los aragoneses a Cádiz con el motivo de la Guerra de la Independencia. De esta convivencia de aragoneses y gaditanos, hermanados en una lucha contra del invasor común francés, salió un cante conocido como «jota de Cádiz«.

Vamos a escuchar una jota cantada por el Niño de Medina. En ella podemos observar el parecido de esas jotas con las alegrías, pues serían sus antecedentes:


Posteriormente, a mediados del siglo XIX, (coincidiendo con el nacimiento de la soleá en Triana en 1850), los flamencos empiezan a aflamencar estas jotas de Cádiz, adaptándola al ritmo de la soleá. Esto les proporcionaría un nuevo palo flamenco de estilo alegre que serviría como contraste al resto de palos que tenían un mayor grado de dramatismo, cubriendo así un importante hueco entre los diferentes cantes flamencos.

El compás de las alegrías es idéntico al de la soleá, aunque el tempo es bastante más rápido, lo que le aporta ese carácter alegre y festero.

Demófilo (Antonio Machado Álvarez, el padre de los famosos poetas Antonio y Manuel Machado), nos hace una referencia en el año 1881, hablando en su obra «Colección de Cantes Flamencos» sobre unas tonadillas en forma de «juguetillos» o alegrías; unas coplillas que se cantaban en Cádiz en el siglo XIX. Claro está, en aquel entonces no se las consideraba aún un palo flamenco definido como tal. Decía Demófilo, literalmente: «Al lado del hombre de sentimientos delicados que goza con la música triste de la seguidilla gitana o levemente melancólica de la soleá, existe el espíritu alegre y bullicioso, que va a recrearse con la música, también retozona y alegre, de ese infinito número de composiciones, puramente andaluzas, conocidas con el nombre de juguetillos o alegrías«.

Como la primera referencia oficial de todas las que tenemos sobre las alegrías, debemos destacar en el año 1866 la de un cantaor cantillanero llamado Francisco Hidalgo, también conocido como Paco el Gandul o Paco Botas. Fue un cantaor muy respetado, de primera línea en la época de Silverio Franconetti. Cantó en la ciudad de Córdoba unos caracoles, seguidos de unos cantos alegres y unos panaderos. En esos mismos años 60 del siglo XIX, otros cantaores flamencos como El Quiqui, acompañado por el Maestro Patiño, empezaro a hacer «cantes alegres» o «cantes por alegre».

Y el que vino a darle la forma definitiva a las alegrías tal y como hoy las conocemos, aprendiéndolas de Hidalgo y El Quiqui, sería el histórico cantaor de Cádiz Enrique el Mellizo, ya a finales del siglo XIX.

Desde ese momento las alegrías serían el cante festero por excelencia, hasta que ya en el siglo XX le tomaran el relevo la bulería y el tango. Mientras tanto sería, junto con el zapateado, uno de los bailes principales. Parece ser que en sus inicios el toque y el baile eran algo lentos, como una soleá en tonalidad mayor, pero sus formas alegres la impulsó a un tempo más rápido, como una bulería por soleá.

[box type=»shadow» align=»aligncenter» ]Como ejemplo de esto último, vamos a escuchar unas alegrías a dos voces interpretadas por la Perla de Cádiz y María Vargas. Obviamente, no es de la época, sino una grabación mucho más nueva, pero nos va a servir como ejemplo para observar la lentitud en el toque y baile a la que nos referimos, ya que así sonarían entonces: [/box]

Posteriormente a esto, ya en el siglo XX, debemos destacar también el aporte que hizo Ignacio Espeleta a las alegrías, agregándoles la tarabilla «tirititrán, trán, trán», que los cantaores flamencos usan como entrada a este cante, un tercio de preparación o farfulleo. Esta entrada se hizo muy popular -se sigue usado a día de hoy-, y más aún a partir del cantaor Manolo Vargas, quien hizo unas alegrías más cortas y ligeras, ligando además los tercios; diferentes, por ejemplo, a las cantadas por Aurelio Sellé (también conocido como Aurelio de Cádiz), quien cantaba las alegrías de una forma más lenta y clásica, siguiendo la línea de Enrique el Mellizo.

Bailando por alegrías

El baile por alegrías, resulta ser el baile flamenco más antiguo y completo, el de mayor tradición flamenca; y muchos otros palos flamencos la toman como base para confeccionar las coreografías de sus propios bailes.

Vamos a escuchar unas alegrías bailadas, en las que se incluyen todos los elementos que la forman (la salida, las llamadas, desplantes entre letras, escobilla con zapateado y un silencio en este caso ocupado por las castañuelas). Al baile está Dolores Vargas, al cante Pansequito, y a la guitarra José Castellón:

Forma de las alegrías

Otros datos y curiosidades

La primera grabación por alegrías de la que tenemos constancia (posiblemente) es la que hizo Sebastián el Pena (Pena Padre) en el año 1909, siendo acompañado a la guitarra por el Hijo del Ciego y al baile por La Macarrona. Si os fijáis, en el propio cante lo definen como jaleo, sirva esto como una demostración más de que los jaleos preceden a este tipo de cantiñas:

Nos hemos encontrado un vídeo en el que Chano Lobato, gran conocedor de los cantes de Cádiz, nos explica cómo Ignacio Espeleta creó el «tirititrán» como entrada a las alegrías:

 

Algunas otras variantes comarcales de las alegrías, aparte de las ya citadas, son las de Córdoba, las de Lebrija o las de Utrera. El carácter entrecortado del compás de la alegría otorga un sello inconfundible a este genero, covirtiéndolo en uno de los más sugestivos del universo rítmico del arte flamenco. En el desarrollo y evolución de las alegrías a lo largo de casi dos siglos de existencia destaca  la aportación atribuida a Ignacio Espeleta, la expresión fonética «tirititran» utilizada por los cantaores como tercio de salida o temple de la voz. Como su nombre indica, se trata de un cante inminentemente festero, destinado al baile, y es bailado por ambos sexos, aunque es más propio de la mujer. Destacamos como notables intérpretes históricas del baile (y el cante) por alegrías a La Mejorana, La Malena, Gabriela Ortega, La Jeroma y La Macarrona. Durante la época de los cafés cantantes las alegrías funcionaban como soporte musical para los  cuerpos de baile, siendo un género proclive a asimilar coplas de otros géneros. La versión bailable de las alegrías tiene una estructura formal más o menos fija que consta de los siguientes elementos: entrada, paseo, silencio, castellana y escobilla, para concluir con un desplante o salida por bulerias o jaleos.

Artículo anteriorBambera
Artículo siguienteAlboreá
Miguel Ortiz
Miguel Ortiz es una de las grandes personalidades sevillanas en el estudio y la investigación del flamenco, cuya labor se centra en su conservación e historia. Presidente de una de las entidades flamencas de mayor prestigio de toda Andalucía. Un conocedor de los entresijos del flamenco, que vive entre los cantes, toques y bailes de artistas flamencos profesionales y aficionados. Actualmente, fundando una entidad conocida como el Círculo Flamenco de Sevilla, dedicada al cultivo y divulgación del arte flamenco en sus tres vertientes y la promoción de cantaores, guitarristas y bailaoras.

2 COMENTARIOS

  1. Lo más interesante en la grabación del baile de la Macarrona, es la presencia de la «ida de baile» (segundo 1,26), con el picado incluido, popularizada por Carmen Amaya (sin el picado, seguramente eliminado por Sabicas porque refrenaba la velocidad). Esta grabación demuestra que se hacía la ida décadas antes de Carmen, y que no fue empleada como transición a las bulerías.

Dejar un comentario

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable: Miguel Ortiz.
  • Finalidad:  Moderar los comentarios.
  • Legitimación:  Por consentimiento del interesado.
  • Destinatarios y encargados de tratamiento:  No se ceden o comunican datos a terceros para prestar este servicio. El Titular ha contratado los servicios de alojamiento web a Gráfica Estudio Creativo que actúa como encargado de tratamiento.
  • Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional: Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.